Estudios de erosión del suelo en tiempos de COVID-19

Mientras el planeta vive una emergencia que tal como lo afirma Josef Aschbacher, Director de los Programas de Observación de la Tierra de la Agencia Espacial Europea, “ el Covid – 19 está poniendo a la sociedad bajo una gran presión”, estamos restando de interés a otra gran enfermedad que afecta también al mundo entero y que con el paso de los años debilitará por sobre todo nuestra fuente de alimentos y nutrientes.
 
Según el último estudio de erosión realizado en el año 2010 en Chile, casi un 49.1% del territorio nacional está afectado en algún grado, destacando de forma negativa, que las mayores tasas se concentraban entre las regiones de Coquimbo, Valparaíso y O’Higgins. Este estudio presentaba una escala de 1:50.000 y no permitía una gestión para los pequeños y medianos agricultores.
Sin embargo en la actualidad, los avances en la tecnología como LiDAR, Sentinel y precipitación satelital, están permitiendo no solamente calcular la erosión potencial de los suelos de Chile en las regiones de O`Higgins, Maule, Ñuble y Biobío, sino también la actual tasa de erosión a una escala de 1:10.000 algo nunca visto a nivel país, lo que permitirá gestionar de mejor manera los recursos del Estado dentro de sus programas de recuperación de suelos degradados.
 
Utilizando esta tecnología, se encuentra el Centro de Información de Recursos Naturales (CIREN), que durante dos años se dedicará a actualizar la información sobre el grado de erosión que afecta los suelos de las regiones de O`Higgins, Maule, Ñuble y Biobío. Estos estudios van dirigidos a levantar nuevos datos para la recuperación de las áreas afectadas por el mega-incendio del año 2017 y a focalizar la ayuda a los agricultores mediante el programa de recuperación de suelos degradados (SIRSD) que ejecuta el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) y el Instituto de Desarrollo Agropecuario (INDAP), ambas instituciones pertenecientes al Ministerio de Agricultura de Chile.
 
CIREN es usuario de uno de los programas de la Agencia Espacial Europea denominado Copernicus, que está desarrollando cinco familias de misiones satelitales llamados “Sentinel”. Estos satélites proporcionarán un conjunto único de observaciones, comenzando por las imágenes radar de Sentinel-1, que permitirán observar la superficie de la Tierra en cualquier condición meteorológica de día o de noche. Sentinel-2 captura imágenes ópticas de alta resolución para monitorizar la superficie de nuestro planeta, y Sentinel-3 transportará varios instrumentos para llevar a cabo una larga serie de estudios de la Tierra y de sus océanos. Sentinel-4 y Sentinel-5 medirán la composición de la atmósfera desde la órbita geoestacionaria y una órbita polar, respectivamente.
 
“Para nuestros estudios, el uso de imágenes sentinel-2, con sus características espectrales, radiométricas y espaciales mejoradas proporcionarán datos para la detección e interpretación del color del suelo y sus cambios relacionados con los procesos de erosión”, explica Juan Pablo Flores, jefe de la Unidad Forestal de CIREN y especialista en suelo quien además detalla que estos datos deben ser calibrados y validados con muestras de suelo levantadas en terreno. Para ello, CIREN tiene planificado durante los años 2020 y 2021, varias campañas de muestreo y análisis de suelo en estas cuatro regiones. Son 100 muestras por cada región y cubren las principales series y asociaciones de suelos presentes en la macrozona centro-sur de Chile.
 
Si deseas más antecedentes del estudio de la erosión del suelo para la macrozona centro-sur de Chile, contáctanos en info@ciren.cl

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