En general, se establece que el consumo de agua de los cultivos lo determina la Evapotranspiración (ET). Este concepto resulta de la combinación de dos procesos responsables de la pérdida de agua en la superficie terrestre: (1) la evaporación directamente del suelo y (2) la transpiración de las plantas. Es difícil considerar estos dos procesos por separado ya que ocurren casi simultáneamente y a ritmos variados. Para su análisis a escala regional, se identifican tres factores principales que determinan su variabilidad: el clima, el suelo y la planta.
El clima determina la cantidad de agua disponible en los sistemas de cuenca y además determina la demanda hídrica de la atmósfera. El agua que satisface la demanda atmosférica es un volumen teórico denominado Evapotranspiración de Referencia o Potencial (ET0).
El suelo toma relevancia como proveedor de agua para satisfacer la demanda hídrica de las plantas y, por lo tanto, se busca mantener en él un volumen constante de agua para lograr la producción esperada.
Por su parte, los mecanismos metabólicos de las plantas otorgan la posibilidad de retener una fracción de la ETt0, o incluso en algunos casos, la capacidad de traspasar hacia la atmósfera una cantidad de agua mayor que la demandada por ET0. En este sentido, se emplea el concepto de Coeficiente de Cultivo (Kc) como un factor que establece la proporción del volumen de ET0 que libera una superficie cultivada específica hacia la atmósfera, y Evapotranspiración de Cultivo (ETc) como el volumen de agua real que resulta de la liberación de un cultivo hacía la atmósfera.
La ETc puede ser entendida entonces, como la cantidad mínima de agua que se debe suministrar periódicamente al cultivo, por lo que conocer cómo esta variable se distribuye a través de la superficie cultivada en la Región, permitirá identificar los sectores con mayor y menor demanda, comparar el rendimiento de la producción en relación con la disponibilidad del recurso y evaluar la tendencia a futuro en su comportamiento.
En el marco del proyecto “Transferencia programa tecnología de información para pequeños y medianos agricultores en la Región de Valparaíso (Codigo BIP N° 400463312)”, la unidad de Agroclima del Centro de Información de Recursos Naturales (CIREN) se encuentra actualmente elaborando una cartografía de la demanda hídrica del sector agrícola durante la temporada 2022-2023.
Para estimar esta demanda, ya se obtuvo la distribución espacial de la Superficie Efectivamente Regada (SER), la que representa la superficie de cultivos que fue regada durante la temporada 2022-2023. Sobre esta superficie se obtendrá la ETc, para lo cual se realiza un modelo espacial de la climatología de ET0 y de la distribución de Kc de cada cultivo irrigado en la Región durante en la temporada 2022-2023.
Los modelos climáticos de ET0 se calculan mediante métodos geoestadísticos de regresión espacial a partir de datos puntuales de series de tiempo mensuales homogenizadas de ET0, obtenidas en la plataforma pública de datos de Estaciones de Medición Automática (EMAs) del Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA)[1]. Las Figura 1 y Figura 2 representan cartografías de las climatologías de ETt0 para los meses diciembre y junio.
Los valores de Kc se obtienen mediante la compilación de los productos “Censo Agropecuario” y “Catastro Frutícola Nacional” que integran el material de Uso Actual de Suelos de CIREN. De estas capas se extrae cada cultivo presente dentro de la capa envolvente denominada “Áreas de Riego” (AR) de Valparaíso, la cual es una capa vectorial que elabora CIREN para delimitar la distribución de la superficie cultivada durante un período de 10 años. Para cada polígono de esta capa se determina un valor de Kc para representar la totalidad del área cubierta por el uso de suelo. Si existe más de un cultivo por polígono, se conservó el Kc del cultivo que es más demandante para asegurar la demanda del resto de cultivos (Figura 3).
Con esta información se procede a la multiplicación espacial de los valores ET0 y Kc para obtener ETc sobre los cultivos que fueron efectivamente regados durante la temporada. Sin embargo, la demanda también está condicionada a la capacidad de retención de los suelos y la eficiencia del sistema de riego en cada cultivo para. En este sentido, también se está trabajando para integrar estas variables en el espacio y calcular el volumen de agua total que demanda la superficie cultivada en la Región de Valparaíso.
Divulgar esta información resulta clave actualmente, puesto que se requiere que todos los actores involucrados en la gestión hídrica conozcan esta información y tomen decisiones adecuadas para hacer frente a la incertidumbre climática respecto a la demanda hídrica de los cultivos agrícolas en la Región.