Un aumento de 33,3% registró la superficie frutal en la Región del Biobío según los resultados presentados en el último Catastro Frutícola realizado por el Ministerio de Agricultura, a través de la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (ODEPA) y el Centro de Información de Recursos Naturales (CIREN), y que posiciona a la región como una nueva zona frutícola del país.
Y es que uno de los efectos del cambio climático es que la frontera frutícola del país se ha expandido, posicionando a los arándanos, nogales y cerezas como una oportunidad de desarrollo que se suma a los actuales cultivos predominantes en la región como la manzana. Tal como lo explicó el Ministro de Agricultura, Carlos Furche, el incremento de la superficie frutícola se concentra en las provincias de Ñuble y Biobío. “Lo que está ocurriendo es que la frontera de la fruticultura chilena se ha ido ampliando hacia el sur. Lo bueno es que no está desapareciendo en O’Higgins y el Maule, que eran las tradicionales, sino que se está extendiendo con mucha fuerza en el Biobío y La Araucanía”, destacó el Ministro Furche.
En el caso particular de la Región del Biobío, la última vez que se realizó el catastro fue en 2012, año en que la superficie frutal alcanzó 11.212 hectáreas. Actualmente la región tiene 14.947 hectáreas, lo que grafica el aumento de 33,3%. Específicamente en las provincias de Ñuble y Biobío, éstas aumentaron 39,8% y 19,6%, respectivamente.
Tal como explicó la Directora Nacional de la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (ODEPA), Claudia Carbonell, “desde el año 2000 que hemos ido realizando registros y eran superficies muy mínimas, pero ahora, en este último catastro vemos que por ejemplo hay 800 hectáreas de castaños (…) Por otro lado, en la región, el riego tecnificado cubre más de 82% de la superficie total frutícola, cifra superior al 73% que existía en 2012, demostrándose así el importante avance tecnológico en esta materia”.
Para el Director Ejecutivo de Centro de Información de Recursos Naturales (CIREN), Juan Pablo López, este cambio se explica porque en la zona “las temperaturas que se registran están siendo anda vez más extremas y algunas veces las precipitaciones están más concentradas y no es extraño ver 50 milímetros de agua caída en un día”.
En el detalle, las cifras por especie a nivel regional son encabezadas por el arándano, que alcanza 5.174 hectáreas, registrando un aumento de 20,9% en los últimos cuatro años. El segundo lugar lo ocupa el nogal con 1.745 ha, aumentando un 115,9% desde el 2012 y en tercer lugar está el cerezo, con un total de 1.616 ha, y le siguen la frambuesa (1.494 ha), el manzano rojo (1.403 ha) y el avellano (1.218 ha). En tanto el avellano es la especie que porcentualmente más creció en los últimos cuatro años ya que tuvo un incremento de un 315%.
Sobre los sistemas de riego utilizados en el Biobío, el catastro frutícola determinó que el riego por goteo alcanzó 9.610 hectáreas. Conjuntamente, el riego por microaspersión registró un significativo aumento, alcanzando, 1.424 hectáreas.
El Catastro Frutícola es una investigación censal que mandata y financia ODEPA y es realizada por CIREN. Su objetivo principal es obtener información de la superficie frutícola, de las plantaciones, de productores y de la infraestructura de las zonas encuestadas. Para conseguir esta información se encuestan todos los predios con plantaciones frutales comerciales iguales y/o superiores a media hectárea.