Convenio tripartito busca identificar zonas de greda en Quinchamalí y Santa Cruz de Cuca

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Un proceso de investigación inicial entre la Seremi de las Culturas, las Artes y el
Patrimonio, el Centro de Información de Recursos Naturales (CIREN) y la Universidad El Alba, derivó en la firma del convenio tripartito para la identificación de zonas de greda en el territorio de Quinchamalí y Santa Cruz de Cuca
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En reunión con las Alfareras de Quinchamalí y Santa Cruz de Cuca se firma convenio tripartito por parte de la Seremi de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, Scarlet Hidalgo Jara, a través de su Director de Patrimonio Cultural de la región de Ñuble, José Pedro Urzúa, el Centro de Información de Recursos Naturales (CIREN), representado por Waldo Carrasco y la Universidad del Alba con su Vicerrector Ricardo Bocaz; además se explica el proceso de investigación y levantamiento de información en el territorio que comienza el 23 y 24 de mayo de 2023, previa identificación de lugares y planificación de despliegue territorial con las Alfareras.
El presente convenio de colaboración, con varios meses previos de gestión entre las instituciones, se encuentra en el marco del trabajo que debe impulsar el Gobierno del Presidente Gabriel Boric Font, a través de la Seremía de las Culturas, en las gestiones que abordan el objetivo a trabajar presentado a la Unesco por el ingreso de las Alfareras a la Lista de Salvaguardia Urgente del Patrimonio Cultural Inmaterial en el 2022, que implica “Garantizar el acceso a las materias primas a las artesanas para mitigar los costos de producción y los problemas de acopio” con la acción de levantamiento de información en suelos de las minas y otros lugares del polígono en Quinchamalí y Santa Cruz de Cuca.

Este convenio tripartito, de duración un año renovable, corresponde al flujo de gestión de las medidas encaminadas a garantizar la viabilidad y sostenibilidad del patrimonio cultural inmaterial y que comprende a la identificación, documentación, investigación, preservación, protección, promoción, valorización, transmisión y revitalización de este patrimonio en sus distintos aspectos.
El trabajo colaborativo que se está realizando por las tres instituciones en beneficio de la tradición alfarera, ya que la materia prima greda, es un factor fundamental que se ve afectado, por lo que se hace necesario tener una mirada técnica del territorio e informes para tomar medidas y así realizar gestiones pertinentes. En una primera etapa se pretende realizar recorridos y estudios a objeto de descubrir vetas y análisis de suelo, para luego en una segunda etapa y con la información disponible, conseguir autorizaciones y realizar gestiones pertinentes en pro del objetivo.
Se comenzará con un trabajo en terreno de los actores junto a la comunidad alfarera, se espera que de esta investigación se pueda hacer un levantamiento e identificación del territorio. Es importante precisar que este conocimiento es propio de las alfareras, por su derecho consuetudinario, por lo que los resultados no se harán públicos, sino para uso interno de las cultoras.

ANTECEDENTES
La alfarería de Quinchamalí y Santa Cruz de Cuca se transmite de forma intergeneracional a través de una socialización principalmente femenina dentro de un contexto de transmisión por línea materna, en donde también encontramos a hombres que se dedican a este oficio. Esta técnica artesanal, es una manifestación que ha estado presente por cientos de años en la localidad y las alfareras y alfareros han mantenido intacta.
Este aprendizaje ocurre durante la infancia dentro del espacio doméstico como producto de un aprendizaje observacional basado en los lazos de parentesco y en la identificación con los congéneres. Su principal característica es que es un proceso manual, no en serie y sin la intervención de nuevas tecnologías, por esta razón ninguna pieza es igual a otra.
Las cultoras y cultores fabrican su loza durante todo el año, a través de la creación recrean los elementos más significativos de la ruralidad y del entorno en el cual ellas están insertas, de esta manera sus figuras son la representación de un imaginario campesino.
La Alfarería de Quinchamalí y Santa Cruz de Cuca fue inscrita en el Registro del Patrimonio Cultural Inmaterial del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio en el 2018, las Alfareras son reconocidas Tesoro Humanos Vivos con entrega de diplomas en el mes de noviembre de 2022, mismo periodo que ingresan a la Lista de Salvaguardia Urgente de Patrimonio Inmaterial de la Unesco según la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial (UNESCO, 2003).

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